viernes, 12 de noviembre de 2010

Más allá de VY Canis Majoris



Conociendo las medidas del lugar donde vivimos y las medidas de los planetas que giran en armonía junto con nosotros alrededor de nuestra estrella, podemos dar lugar a pensar que las unidades de medida terrestres pueden llegar a quedarse "cortas".

Fijémonos en lo exageradamente grande que es el Sol comparado con nuestro minúsculo punto azul. Asombroso, pero vamos más allá. Avancemos 2.6 parsecs u 8.6 años luz para encontrarnos con Sirius A, en la constelación "Canis minor". Una estrella simplemente 2.1 veces del tamaño del Sol.


Sigamos en nuestro viaje a  33,7 años luz y encontraremos a Pollux, en la constelación de Géminis. Pollux tiene un radio de unas 10 veces mayor que el Sol. Más adelante nos topamos con el gigante rojo Arcturus a 36'7 años luz en la constelación de Boötes y su radio es 25,7 veces mayor que el del Sol. Seguimos a 65'1 años luz y vemos a Aldebarán en la constelación de Tauro, su radio es 44 veces mayor que el del Sol y su luminosidad 425 veces mayor que la del Sol. 


Vayamos aún más lejos, aproximadamente a 860 años luz de nuestra estrella, podemos ver la armoniosa luz que genera Rigel en la constelación de Orión con un radio 73 veces mayor que el del Sol y con una luminosidad 50000 veces superior. Pistol star (Estrella pistola) a 25000 años luz de distancia, harian falta 1'7 millones de soles para iluminar como lo hace esta estrella. Volvemos rápidamente en el espacio / tiempo hacia atrás para contemplar a Antares en Scorpius, a 550 años luz, con un radio de aproximadamente 624 millones de km, 700 veces más que nuestro Sol.  Mu Cephei, en l constelación de Cefeo que se encuentra a una distancia de aproximadamente 2700 años luz, 1420 veces más grande que el Sol. 


Finalmente, lejos de nuestra casa, de nuestras vidas, encontramos VY Canis Majoris, la estrella más grande y brillante conocida hasta el día de hoy5000 años luz nos separan de su colosal aparición, 1800 y 2600 radios solares, aunque no se está muy seguro de ésto. Es difícil estudiar un objeto que se encuentra a mas de 40.000 kilómetros de distancia. 


Viendo todos estos datos, detengámonos un momento y reflexionemos sobre lo que hemos visto. Lo único que se me pasa por la cabeza es: ¿Qué hay más allá de esas estrellas? ¿Dónde acaban? ¿Dónde empiezan? ¿Cómo es que puede existir algo tan grande y nosotros solo percibir un pequeño susurro de su vasta luz, capaz de iluminar una nebulosa? 


Muchas preguntas sin respuesta aparente.


Muchos nos hemos parado a pensar en que si hay cuerpos más grandes, necesitaremos medidas más grandes. 


Hay formas sencillas de escribir números grandes, por ejemplo:


103  -------------------> 1.000 ---------------> Un 1 seguido de 3 ceros.
106 --------------------> 1.000.000 ---------> Un 1 seguido de 6 ceros.


Podríamos formar cantidades muy grandes simplemente escribiendo éstas "Abreviaciones numéricas". No existe el número más grande, pues siempre se le podrá superar añadiendo el número 1. Esto es lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de pensar en algo "Infinito". De todas maneras, hay números muy grandes.


En 1938 un niño de 9 años, sobrino del matemático americano Edward Kasner, puso nombre a un número extremadamente grande. El "Googol". 


10100


O un 1 seguido de 100 ceros.


10,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000


Parece un número muy grande. Imagínense entonces como seria un Googolplex, que son 10 elevado a un Googol., es decir, un 1 seguido de un Googol de ceros. No voy a escribirles un Googolplex igual que he escrito un Googol, pues el Googolplex no me cabria.


Sin embargo, hay una forma fácil de escribir estos números tan grandes:


1010100  Así representaríamos un Googolplex.




Por muy grandes que puedan llegar a ser estos números, tanto que la cifra del Googolplex no cabria en el universo conocido, el Googol y el Googolplex no se acercan ni una centésima al infinito, es más, están a la misma distancia del infinito que el número uno.



domingo, 31 de octubre de 2010

El Cosmos

Para comenzar nuestro viaje, antes hemos de saber el camino, a donde vamos, a que nos enfrentamos y que es lo que queremos de ese viaje. En nuestro viaje, de momento intergaláctico, observaremos varias de las increibles  creaciones hechas para ser observadas en el "vistazo momentáneo de estas maravillas" a la que comúnmente se llama vida.

Cosmos, originado del término griego "κόσμος", que significa "Orden". El cosmos es un sistema ordenadamente caótico, o así es como yo lo veo. En él, en cada instante, entre segundo y segundo están ocurriendo miles y miles de millones de sucesos, simplemente observemos en nuestro planeta, podriamos encender la televisión y poner las noticias para poder ver la cantidad de caos que hay desatado. La galaxia gira a una velocidad increíblemente vertiginosa, las galaxias se repelen y atraen a la vez, explosiones estelares cada segundo, supernovas, colisiones de galaxias. Todo ese caos perfectamente controlado, en una armonía gravitacional perfecta, una danza cósmica, un baile estelar perfectamente cuadrado, al ritmo de la música y totalmente al pié de la letra de la coreografía. 


Simplemente y resumiendo. Para aquellos que aún se siguen preguntando: ¿Qué es el cosmos? ¿Qué lo compone? ¿Qué hay en el y por qué está ahí? Esas preguntas tienen una sencilla respuesta. Quien quiera saber esas respuestas simplemente tiene que mirar a su alrededor.


Quiero hacer una gran diferencia entre Cosmos y Universo. Para mi, el universo es parte del Cosmos. Creo que nuestro universo no es más que otro de los miles de millones de universos que ha de haber en la infinidad del Cosmos. Hay mucho que hablar sobre el tema del "Multiverso", pero es algo que trataremos en otra ocasión.




La edad de nuestro universo data de hace unos 13.000.000.000 (trece mil millones) de años. Yo no puedo confirmarles esta afirmación puesto que no soy ningún científico y tampoco creo en toda la información que pueda conseguir. Supongo que será una edad joven para el universo viendo que se mide en una escala infinita, seria lo más lógico, pero creo que en este caso no existe juventud ni vejez. El número 13.000.000.000 está a la misma distancia del infinito que el número 1, o que el número 99.999.999.999.


Y es gracioso, por que solo tenemos conocimiento de la existencia de  93 mil millones de años luz de universo (Aunque es una cifra que varia según los libros/páginas web/enciclopedias... Yo he tirado de Wikipedia esta vez). Puede parecer poco así dicho, pero simplemente 1 año luz = 300.000 km x 93.000.000.000. No me aventuro a calcularlo en la calculadora de mi PC por si éste explotara.


Podría seguirles hablando sobre la formación del Universo, el Big-Bang y todas esas cosas, pero prefiero omitirlas y no hablar de ello, a mi criterio, es simplemente una pregunta sin respuesta.


En cambio, voy a hablarles sobre nosotros, nuestro planeta, nuestra estrella. Sea como sea que se haya creado nuestro mundo, pues hay muchas teorías, de todas estas solo encuentro una verdad, algo en lo que basarse al teorizar, pues todas las teorías parten de este punto. Nuestro planeta es polvo de estrellas. Miren a su alrededor, mirense las manos, tóquense el pelo, la cara... Somos polvo de estrellas, todos estamos hechos de lo mismo y venimos del mismo lugar, ansiamos también volver al mismo lugar. Todo ser humano tiene deseos, por muy escondidos que estén estos, de regresar a las estrellas, de verlas de cerca, curiosidad. Creo que todo ser humano que ve a las estrellas, siente algo por dentro, un sentimiento, una señal, sabe que el cosmos le está llamando y desea que lo descubramos. Carl Sagan decía: En algún sitio un lugar increible espera ser descubierto.
Sinceramente, tiene razón. Allí arriba hay mucho que explorar, ver, caminar. La duración de este viaje podría ser infinita, empezar hoy y no acabar nunca jamás. Quién quiera viajar, que se suba a la nave imaginaria y contemple las maravillas de nuestro Cosmos.




Les dejo con esta última pizca de nuestro vasto universo. Las cataratas Iguazú en Argentina.


Espero haber aclarado un poco la organización cósmica, qué somos, y de donde venimos. Podría preguntar el porque, pero al igual que la creación del universo, a mi criterio, es otra pregunta sin respuesta. La vida es un fenómeno muy raro y misterioso, y por muy rico que el universo sea en fenómenos raros y misteriosos, la vida es más que un fenómeno, yo lo llamaría milagro, oportunidad. Aprovechemos, somos un milagro, seguro que no el único del cosmos, pero si el único en muchísimos millones de años luz. Despierten por la mañana, abran sus ventanas, miren al cielo y sonrian. Son parte de un milagro, parte de este mundo.

viernes, 29 de octubre de 2010

Un pálido punto azul



Fijémonos bien en esta fotografía. Poca resolución de imagen, poca claridad, una imagen con mucho ruido. Poco podemos distinguir en ella, por no decir que nada... Pero hay algo ahí que atrae a nuestra vista, que nos llama, que hace que toda la atención se centre en el. un pequeño pixel más brillante que los demás. Un punto elevado en la nada. Ese punto somos nosotros.

Es normal que no se distinga nada cuando esta imagen fué tomada a una distancia de 6.000 millones de kilómetros de la tierra  el 14 de Febrero de 1990. Es comprensible. Fué tomada por la sonda espacial Voyager , lanzada el 5 de Septiembre de 1977 con la misión de explorar Júpiter y Saturno como misión original, acabando ésta por ser una misión de exploración de los límites del Sistema Solar. 


El astrónomo y astrofísico Carl Sagan, trabajó en los proyectos de las sondas Voyager 1 y 2. Cuando el Voyager 1 se encontraba a esa distancia, se disponia a dar la cara por última vez hacia nuestro planeta. Esto supuso para Carl Sagan una última oportunidad, quizás en décadas, de poder ver la tierra desde una distancia tan grande, por lo que sugirio hacer una fotografia, que es la que hemos podido ver.


Os dejo con las reflexiones de Carl Sagan sobre ésta curiosa imagen:


Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros. En él se encuentra todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo sol.
La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades visitadas por los habitantes de una esquina de ese pixel para los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina; lo frecuente de sus incomprensiones, lo ávidos de matarse unos a otros, lo ferviente de su odio. Nuestras posturas, nuestra imaginada auto-importancia, la ilusión de que tenemos una posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este punto de luz pálida.
Nuestro planeta es una mota solitaria de luz en la gran envolvente oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta vastedad, no hay ni un indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos.
La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos.
Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de los prejuicios humanos que esta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido.




Con esta imagen de nuestro planeta, comenzamos nuestro viaje hacia el Cosmos, hacia nosotros mismos, hacia las estrellas y su funcionamiento. Viajaremos por las vastas llanuras universales de estrellas y nebulosas, llegaremos hasta la más lejana esquina de nuestro horizonte cósmico, desde la más pequeña estrella, hasta la más brillante, descubriremos la tierra y lo que la compone, su funcionamiento y su posición en el universo.


Para empezar este viaje, debemos abrir nuestras mentes y dejar de lado todo lo que conocemos. Olvidad la política, el dinero, las noticias del canal del gobierno socialista, etc. 


Necesitais la mente libre, pues el viaje hacia el Cosmos empieza ahí dentro. En nuestras mentes.